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Hay una ciudad de Europa donde todo es posible. Desde hachís y marihuana, en coffeshops (sólo en coffeshops), ver muestras de arte y dar paseos en canal, hasta perderte en las calles del Barrio Rojo.
Es la joya de los Países Bajos: Ámsterdam. Ciudad con mil cosas que ver.
Ámsterdam es la capital oficial de los Países Bajos y está situada entre dos grandes corrientes fluviales, la bahía de IJ y el río Amstel. Por sus canales también se conoce como «La Venecia del norte».
Se fundó en el siglo XII y su historia es fascinante, así como todo lo que tiene para visitar.
Para llegar desde el aeropuerto al centro o a tu hotel, hay muchas opciones, la opción más rápida y práctica es contratar un traslado privado directo.
Lo primero que debes hacer antes de ir, es reservar una habitación. Yo al que fui y consideré la mejor opción fue el Olympic Hotel. Está algo alejado del inicio de nuestra visita de 3 días, pero la gran ventaja es que puedes hacer uso del tranvía y llegar en pocos minutos, incluso desplazarte en bicicleta. Aparte es más económico que alojarse en el centro.
Te recomiendo sacar la I amsterdam City Card, con ella puedes acceder a los mejores museos de la zona y utilizar transporte público ilimitado. Hay cuatro tipos diferentes con vigencia máxima de 120 horas.
Aquí te dejo para empezar algunas de las actividades o recomendaciones para Ámsterdam.
Acompáñame, iluviajero. Welkom!
La mejor manera de empezar a conocer la ciudad es a través del arte. Por eso la primera parte del viaje abarcará los principales museos y una sorpresa nocturna. Vente a conocer Ámsterdam.
Primero iremos al número 6 del Museumplein, donde conoceremos la obra de uno de los pintores más famosos de Holanda: Vincent van Gogh.
Antes de entrar verás un gran campo de girasoles, la flor favorita del artista.
El Museo Van Gogh es bastante grande y se recomienda visitarlo con tiempo. En la exposición permanente se exhiben sus cuadros de mayor renombre, como «Los girasoles» o «Campo de trigo con cuervos».
Esta colección es de las más extensas y mejor conservadas. Incluye 200 cuadros y 400 dibujos, tanto de Vincent como de los artistas que lo influenciaron. Verla es simplemente increíble.
Cuesta 19€ la entrada.
El Rijksmuseum está a poca distancia en el mismo barrio, en el número 1 del Museumstrat. Es la colección de arte neerlandés más importante.
Está en pie desde el año 1800 gracias a Alexander Gorel, uno de sus mecenas. Exhibe varias colecciones, que incluyen pinturas, arte egipcio y decoraciones.
La muestra más importante pertenece a Rembrandt y comprende un amplio repertorio. No puedes dejar de admirar «La novia judía». Es su cuadro más interesante.
También la casa de muñecas de Petronella Oortman merece atención. Y la razón es fácil de entender. Se trata de una réplica a escala elaborada a mano por artistas verdaderos.
Dicen que su precio fue similar al de cualquier casa real en los canales, en el siglo XVII. Increíble, ¿no?
Si eres amante de la cerveza, sé de un lugar que te fascinará. Es el Heneiken Experience, en el número 78 de Stadhouderskade. Un museo dedicado exclusivamente a la producción de esta bebida. ¡Vamos!
La sede es la antigua fábrica de la compañía. En 1991 abrió sus puertas al público con visitas guiadas. Y la mejor parte es que también tiene un apartado para conocer la historia de la marca a nivel publicitario.
El tour empieza en las calderas de la destilería, prosigue en un recorrido en 4D y finalmente culmina con la más deliciosa degustación. Te aseguro que entenderás por qué esta cerveza es tan importante.
Te recomiendo que tomes fotos en la planta de artefactos históricos, es la más interesante. Y como seguramente esta cata habrá abierto tu apetito, iremos a comer a un lugar genial.
Para conocer lo mejor de la gastronomía local, te recomiendo que vayas a De Blauwe Hollander, en el 28 de Leidsekruisstraat. Aunque es un restaurante informal debes reservar con tiempo, ya que es bastante concurrido.
En general toda la comida es buena, pero la sopa de guisantes con bacon y el solomillo de ternera son espectaculares. Querrás repetir.
Después de comer, será un buen momento para caminar.
Un sitio ideal para disfrutar de la vida bohemia y cultural de la ciudad es Leidseplein o plaza Leide, uno de los puntos neurálgicos de Ámsterdam.
En ella confluyen varios sistemas de transporte. Hay muchos cafés cerca y es frecuente ver espectáculos de arte callejero, música, danza y acrobacias. Es un lugar muy bohemio.
Pero si lo que quieres es disfrutar de la vista del atardecer entonces tengo un plan especial para ti.
Visitar la Venecia del norte merece un paseo a través de sus canales. Y la mejor manera de hacerlo es en barco, en Prins Hendrikkade 25. Aquí tienes, un Paseo en barco por los canales muy recomendado.
El paseo dura una hora y permite ver los lugares de más interés en la zona desde otra perspectiva. Pasarás por el Canal de los Señores, donde se encuentra la famosa Casa de las Cabezas. También irás al Canal del Príncipe.
La ruta incluye vistas del Palacio de Justicia y la fachada de la iglesia de Duif. Y la mejor parte es que podrás escuchar toda su historia en tu propio idioma, a través de auriculares.
Poco a poco verás cómo cae la noche. Y la ciudad muestra otro rostro, rojizo y atrevido.
El Barrio Rojo es uno de los lugares emblemáticos de Ámsterdam y no debes irte sin conocerlo.
Para llegar tienes que dirigirte al centro de la ciudad, a la izquierda de la Estación Central. Allí divisarás el distrito.
Se trata de una de las zonas de más antigüedad y debe su nombre a las luces rojas de neón que lo distinguen. Es mundialmente famosa por sus sex shops y vitrinas de exhibición. Puedes ver, pero no tocar. Y sobre todo, no puedes tomar fotos.
A diferencia de otros sitios de Europa, aquí el comercio sexual es legal y se rige por estrictos controles sanitarios. Pero ese no es su único atractivo. También puedes disfrutar del ambiente, ya que es bastante seguro.
Allí encontrarás algunos de los Coffeshops más famosos de la zona. En estos bares puedes comprar hachís y marihuana legalmente o alguno que otro porro ya liado. Será como hacer un viaje dentro de otro.
Sin embargo, debes seguir reglas: no consumir sustancias en la calle o fuera del local, debes llevar sólo la cantidad permitida -5 gramos- y no consumir tabaco dentro del establecimiento.
Recuerda cargar contigo tu DNI y pasaporte, ya que por seguridad deberás mostrarlo al personal del bar.
El segundo día en la ciudad es ideal si quieres conocer más de su atractivo turístico, como las abadías, calles, plazas y por supuesto, el mercado floral.
Los neerlandeses toman en serio las flores. Por eso este mercado, ubicado en el canal Singel, es tan importante. Existe desde 1862, cuando los comerciantes surcaban el río Amstel para vender sus productos.
Con el tiempo se hizo popular por la comercialización de tulipanes, su cultivo más importante.
Aquí también encontrarás una amplia de ejemplares botánicos en diferentes presentaciones, incluyendo bulbos, plantas de interior, ramilletes y semillas. Si eres amante de las plantas, este es uno de los lugares que más disfrutarás.
De lunes a sábado: de 9:30 a 17:30 horas.
Domingos: de 11:30 a 17:30 horas.
Al salir del canal, a pocos metros de la calle encontrarás la plaza Spui. En ella verás un monumento dedicado a la juventud, el «Het Lieverdje».
La plaza Spui se hizo famosa en los años 60 gracias al movimiento «provo». Actualmente es un sitio con mucha influencia cultural y artística.
Importante visitar los mercados de arte que hacen semanalmente. Puedes conseguir libros y artesanía a buen precio.
El barrio de Begijnhof está en cerca de la plaza Spui. El conjunto de edificios se fundó en 1346 y albergó la comunidad laica de mujeres católicas beguinas.
Aquí encontrarás también la casa más antigua de la ciudad, que aún conserva su fachada de madera. Está situada en el número 32. También podrás ver la Engelse Kerk, la primera iglesia confiscada de la ciudad.
El movimiento beguino estuvo vinculado a la época en el país en la que el catolicismo fue ilegal. A este hecho se debe la importancia histórica del sitio. Años más tarde las beguinas crearían otra iglesia, esta vez clandestina, conocida como la Capilla de Begijnhof.
En general es un sitio tranquilo y pintoresco, ideal para dar relajarse.
Para llegar a la Casa Museo de Anna Frank debes tomar el tranvía hasta la estación Westmarkt, allí te dirigirás a las casas 263-267 de Prinsengracht.
Sólo puedes acceder con un ticket comprado en la web del museo con antelación. Recuerda llevarlo impreso.
Este lugar conmemora la vida y muerte de Anna durante la Segunda Guerra Mundial. Allí se ocultaron las familias Frank y Pfeffer por veinticinco meses hasta que la Gestapo los localizó.
Del grupo sólo sobrevivió Otto Frank, padre de Anna, y entre los pocos objetos que pudieron rescatarse se encuentra el famoso Diario, publicado de manera póstuma.
El Jordaan, cerca del Museo Anna Frank es el siguiente punto de interés en la ruta y a la vez uno de los lugares menos conocidos de la ciudad de los canales.
Hasta el siglo XIX su calle principal, Rozengracht, fue un canal navegable. El resto del trazado urbano se diseñó bajo los lineamientos de los antiguos diques.
Hoy en día tiene varios restaurantes y boutiques exclusivos, pero su principal encanto son sus calles tranquilas y pacíficos jardines. Mola muchísimo dar un paseo en bicicleta a través de ellos.
Y andando, ya sea en bici o a pie, te llevaré al lugar perfecto para hacer fotos panorámicas.
Westerkerk y su torre están en el 279 de Prinsengracht. Esta es una iglesia renacentista de carácter austero. Aunque es bueno detenerse a mirar el órgano, el principal atractivo del interior.
El campanario es el sitio de mayor interés, no sólo por la altura -85 metros en total- sino por su gran campana de bronce de siete toneladas. Se puede subir a la cima en grupos de seis personas, así que lo más recomendable es reservar el cupo apenas llegas. ¡Mejor subir primeros!
Luego iremos a comer a un lugar que te encantará.
Los neerlandeses disfrutan de la buena comida, tanto nacional como internacional. Y Sham Restaurant, en Warmoesstraat 36H no sólo es el primer local de comida siria en la zona. Sus platos también te dejarán con la boca abierta.
La sugerencia de la casa incluye el fattoush, kebab y en general, toda la carta.
Después de comer bien nada como continuar con nuestro itinerario. Esta vez iremos a Nieuwe Kerk, la Iglesia Nueva.
Su construcción data del siglo XV, gracias a la iniciativa del obispo de Utrech. Es un templo de estilo gótico y neogótico.
Su construcción empezó en 1408. Esto obedeció a un motivo importante: la antigua iglesia era muy pequeña para la cantidad de feligreses.
En el año 2002, el príncipe heredero Guillermo Alejandro contrajo matrimonio con la argentina Máxima Zorreguieta en este mismo lugar. Once años más tarde, en el 2013, oficiaría su coronación.
Seguramente, lo que más llamará tu atención serán los vitrales que embellecen la capilla.
Ahora iremos a la Plaza Dam, en el centro histórico de la ciudad. Su nombre, «presa» en neerlandés, se debe a que antes en su lugar estaba la presa que cruzaba el río Amstel.
En 1808 Luis Bonaparte fijó su residencia en el palacio real, situado a pocos metros. Como la vista de la presa obstruía su visión, ordenó que la derribaran. Desde entonces la Plaza Dam existe como punto de encuentro.
Algunos edificios cercanos son la Casa de la Moneda y el Museo de cera Madame Tusseauds.
Oude Kerk, también conocida como la iglesia vieja, está a pocos metros de la entrada al Barrio Rojo. Es el edificio más antiguo de la ciudad y su construcción tuvo lugar en el siglo XIV.
Su techo, completamente de madera, también es la bóveda medieval más grande de toda Europa. Tiene una acústica impresionante.
Si prestas atención al suelo, verás que está conformado por placas de tumbas. Esto se debe a que está construida sobre un cementerio.
Por cierto, ¿sabías que Rembrandt fue un visitante asiduo de esta iglesia? Allí bautizó a sus hijos.
No olvides pasar por Warmoesstraat, es la primera calle de Ámsterdam.
Ahora iremos nuevamente a los canales, hacia A’dam Lookout, en Overhoeksplein. Allí tendrás una perspectiva de la ciudad que te quitará el aliento.
Esta plataforma de observación está en la torre A’dam. Anteriormente perteneció a la empresa Shell, pero en 2016 se convirtió en ciudad vertical abierta al público. Debes reservar las entradas a través de la página.
Al llegar podrás escoger entre dos plataformas de observación: Panorama Deck 360, situada bajo techo y Sky Deck 360, completamente a cielo abierto.
En tu último día en la ciudad aún quedan varias cosas por ver. Abrígate bien, toma tus cosas y llévate un recuerdo realmente especial.
El Museo Van Loon en el canal Keizersgracht data de 1672 y perteneció a la familia Van Loon en la Edad de Oro de la ciudad. Uno de sus patriarcas, Willem, fue nada menos que el cofundador de la Compañía de las Indias Orientales.
El mobiliario, en excelente estado de conservación, es uno de los atractivos más importantes. Este incluye la gran colección de óleos, porcelanas y un pequeño jardín interior, diseñado en 1970.
Cruzando el canal está el Hortus Botanicus, en Plantage Middenlaan, número 2. Es el jardín botánico más antiguo del mundo.
Existe en el mismo lugar desde 1682 y fue fundado por autoridades neerlandesas como medida preventiva después del brote de Peste Negra. Por esa razón la mayoría de sus plantas eran medicinales.
Fue el primer lugar al cual llegó el café en Occidente, desde un barco etíope. De allí se extendió al resto del mundo.
Alberga aproximadamente 4.000 especies de plantas, algunas de ellas de más de 100 años. En general es un lugar ideal para alejarte del bullicio con una historia realmente interesante.
Ya que tanto hemos hablado de Rembrandt a lo largo del itinerario, nada mejor que conocer su hogar. Tan sólo debemos acercarnos al número 4 de Jodenbreestraat.
El artista vivió aquí durante casi veinte años hasta 1658, cuando cayó en bancarrota y se trasladó al Barrio Judío.
Aquí ideó el cuadro titulado «La ronda de medianoche».
Luego de servir como vivienda particular para varias familias por más de 200 años el gobierno holandés decidió comprar la propiedad en 1906 y ordenó su restauración. En 1911 el museo abrió sus puertas al público.
Caminando un poco por la misma calle llegarás al 61 de Plantage Kerklaan. Allí encontrarás el Verzetsmuseum o Museo Holandés de Resistencia. Está dedicado a los sucesos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial.
La colección recrea rutas de espionaje, fotografías y testimonios de distintas personas.
Las muestras cuentan con precisión histórica. Y el mensaje que emite a la vez es claro y contundente, evitar a toda costa que vuelva a ocurrir un suceso similar.
Toma unos minutos para reflexionar y luego sigamos adelante. Te mostraré la despedida ideal de la ciudad a través de uno de sus productos más populares.
Los neerlandeses adoran el queso. Si a ti te pasa lo mismo y quieres conocer más variedades aparte del Gouda, debes ir a la Quesería de Henri Willig en Regulierbreestraat 24 y disfrutar de su degustación.
El tour dura 45 minutos e incluye cinco tipos de quesos diferentes, acompañados con mostaza y dos bebidas. El broche de oro ideal para cerrar. ¡Delicioso!
El transporte público en Ámsterdam está muy bien organizado, por lo que no tendrás problema para ir de un sitio a otro.
El tranvía es la alternativa más común, con gran cantidad de líneas que salen desde la Estación Central. El horario de atención al público es de 6:00 am hasta la medianoche. Puedes acceder con la tarjeta I amsterdam City Card o el Amsterdam Travel Ticket. En caso de no tenerlos, puedes comprar tickets normales.
Es necesario el autobús si te desplazas al norte. Por lo general empiezan a funcionar a partir de las 6:00 am con excepción de los domingos, cuando la ruta inicia a las 7:00 am.
Hay cuatro líneas de metro diferentes. Sin embargo no es recomendable, a menos que te muevas por algunos barrios específicos ubicados en la periferia, como Oosterpark.
Por último, puedes alquilar bicicletas si quieres desplazarte por las calles y disfrutar la vista o ir en ferry gratis a través de los canales. Es muy típico.
El metro, tranvía y bus cuestan lo mismo.
Los Países Bajos, no son una nación muy grande, por lo que en realidad las distancias no son muy lejanas. Desde Ámsterdam y si tienes más tiempo para visitar cosas hay varias ciudades que te recomiendo visitar. ¿Te vienes a visitar alguna?
Muy cerca a unos 20 minutos en coche tienes:
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