Qué ver en Narbona (una mañana)
¡Hola de nuevo, amigo lluviajero! Una vez más nos encontramos para una nueva aventura, me alegra que quieras visitar este pueblo del sur de Francia, a una de sus ciudades más hermosas. Se trata de Narbona (Narbonne), ubicada en el departamento de Aude.
Su principal atractivo radica en que es uno de los emplazamientos romanos más antiguos que existen actualmente en el país galo. Todavía es posible encontrar restos de la antigua Galia en sus calles.
Se fundó en el 118 a.C. ¡Imagina cuánta historia tienen sus calles para contarte! Incluso conserva algo de su nombre original, cuando era la colonia Narbo Murtis.
El canal de la Robine, que atraviesa la ciudad, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996.
Ahora, sin más preámbulos, comencemos nuestro recorrido, a la voz de Bonjour, Narbonne!
¿Me acompañas a visitar Narbonne?
El tour de un día emienza con la búsqueda del hotel, que como siempre, debe estar bien ubicado. Es por eso que te sugiero que te hospedes en el Hotel de France Narbonne, ya que es muy céntrico y no es complicado aparcar si vas en coche. Está ubicado en la calle Rossini y la calle del Alcázar, justo al lado del río Aude. No tiene ascensor, pero el recepcionista (creo que es el dueño) te ayudará a subir las maletas.
Un dato que posiblemente te interese: justo al lado se instala un mercadillo, los jueves y los domingos.
Una vez que hayas reservado la habitación es momento de comenzar el recorrido, y para esto deberás dirigirte hasta el Boulevard Doctor Ferroul.
Al llegar al final de la calle Rossini continuarás hasta la calle Raspail, y luego hasta la calle de Las Palomas. Esa será tu primera parte del trayecto, para empezar a ver cosas en Narbona.
Canal de la Robine
En tu recorrido encontrarás la galería de arte Vue Sus Coeurs, que te dirá que vas por buen camino. Al llegar a la calle de Las Palomas, doblarás a la derecha y subirás al muelle Dillon, donde continuarás por un trecho más. ¡Paciencia! Te aseguro que valdrá la pena.
Lo que verás te sorprenderá. A pocos, poquísimos metros se encuentra el Canal de la Robine. Allí se conecta la ciudad con el antiguo cauce del río Aude.
Una vez que estés en ese lugar, puedes hacer un ejercicio de imaginación: muchos siglos antes, un gran número de romanos lo cruzaron en su paso por Francia, y la vista es tan hermosa que bien merece la pena. Pero aún hay mucho por ver, no te detengas en exceso aquí.
Via Domitia y Museo de Arte e Historia
Cruzando el puente del Canal de la Robine bajarás unos metros más por el mismo muelle, esta vez en sentido contrario. Y encontrarás dos monumentos que te encantarán si, al igual que yo, eres un entusiasta de la historia.
Lo primero que vas a ver serán los restos de la Via Domitia, hallados en Narbona.
Para que te hagas una idea de su importancia, solo te diré que se trata de la primera calzada romana que se construyó.
Esta conectaba varios puntos del gran imperio: desde el Piamonte hasta la Via Augusta en España, y de allí hasta Cádiz.
Desde los restos de la Via Domitia de Narbona también podrás ver la Torre y Palacio de los Arzobispos. Un poco más adelante, retomando el mismo camino, encontrarás el Museo de Arte e Historia, el siguiente punto de nuestro recorrido.
¡Al entrar te sorprenderás al ver todas las reliquias que contiene!
En su mayoría, los objetos que verás pertenecieron a grandes arzobispos, incluido el Monseñor Dillon, a quien se atribuye la construcción de la sala comedor. La Sala de Las Audiencias también es emblemática. Toma buena nota.
La Catedral de Narbona: El “gótico anti-cátaro”
Al salir del Museo de Arte e Historia de Narbona deberás continuar hasta llegar a la bifurcación que te conducirá a la calle Gustave Fabre. Desde allí tendrás una hermosa vista del Jardín de los Arzobispos.
Al llegar a la calle Armando Gauthier, ubicada a pocos metros, se encuentra el corazón de este recorrido: la Catedral de Narbona, dedicada a San Justo y San Pastor.
La marcada influencia gótica de la catedral contrasta con el de otros grandes templos de Francia, que tenían un fuerte predominio del arte cátaro.
Es considerada como la tercera catedral más alta de Francia y su historia es muy particular, principalmente porque nunca terminó de construirse.
Esta gran obra inició en 1272 y jamás concluyó. Esto se debe a que habría sido necesario derribar buena parte de las murallas romanas que se encuentran en la ciudad.
¡Qué bien que no derribaron las murallas! Esto fue lo que salvó a la ciudad durante el asedio del Príncipe Negro, en 1353, casi cien años después.
No dejes de visitar toda la catedral, es una maravilla arquitectónica que vale la pena recorrer.
El Horreum
Al salir de la catedral encontrarás una pequeña calle que te conducirá al Museo del Horreum. Para llegar solo debes doblar a la derecha y caminar al fondo, siempre en línea recta.
En tu camino encontrarás el Antiguo Hotel del Archidiácono, ubicado a pocos metros.
Esta galería está conformada por una red de pasillos, que interconectan con habitaciones pequeñas.
Su nombre alude a lo que, se supone, se trataba de un espacio público, posiblemente un mercado o un almacén.
Este espacio es una muestra de lo bien constituida que estaba la arquitectura romana. ¡Jamás creerás que se construyó en el siglo I a.C! Casi podrías jurar que se trata de una obra de unas pocas décadas. Impresionante, ¿no? Te sentirás en otra época, lluviajero.
¿Para comer?
Si quieres comer en el mejor buffet del mundo, te recomiendo ir a Les Grands Buffets. En el restaurante podrás disfrutar lo mejor de la comida francesa, desde las tradicionales crepes hasta el foie gras. Pero tienes que reservar sí o sí, ya que es muy concurrido.
Para salir del Horreum solo deberás caminar hasta la calle Armando Gauthier, llegar a la calle siguiente, Chennebier, y luego pasar cerca de la Oficina de la Administración.
Una vez allí lo mejor es que consideres el traslado en coche o bicicleta hasta la Avenida General Leclarc, y luego a la Avenida España, desplazándote siempre en línea recta.
En la Avenida España podrás distinguir la Ronda de la Libertad, y justamente frente a ti encontrarás el Espacio de la Libertad, lugar de Les Grandes Buffets.
Debo decirte que no sabes en verdad lo que significa ir a un buffet hasta que vas a ese restaurante. Es simplemente increíble y la comida es excepcional. ¡Querrás volver!
Si no quieres ir tan lejos o más bien quieres conocer uno de los mejores restaurantes del centro de Narbona, entonces siempre puedes ir a L’ Art de Vivre, y disfrutar de la mejor comida frente al mar.
Aquí te dejo un mapa con la ruta que te he planteado por la mañana.
¿Qué puedo hacer por la tarde en Narbonne?
Para culminar el día, una de las grandes opciones que ofrece Narbona es visitar el Parque Natural Regional de la Narbonesa. Este territorio se extiende a lo largo de setenta mil hectáreas de terreno, y es una excelente opción para los amantes de la naturaleza.
Otra opción es dar un paseo en la playa de Narbona, y disfrutar de la vista que ofrece el macizo de La Clape. Esta última alternativa es ideal si, por ejemplo, también viajarás con niños y buscas compartir un momento en familia.
Narbonne y sus alrededores
Estando en esta situación de Francia, se invita mucho a coger el coche y conocer la zona, hay grandes destinos turísticos que visitar, como puede ser Carcasonne, uno de los pueblos medievales más bonitos de toda Europa. Y el inicio de la ruta que te comentaré un poco más abajo.
Gruissan y Lagrasse, muy cerca de Narbona, también son dos opciones recomendables. La primera opción se encuentra a escasos metros de la playa que te he recomendado con anterioridad. Es un pueblo bastante curioso, ya me pondrás en comentarios el porqué.
Perpignan es otro sitios que visitar. Mención aparte merece la Ruta de los pueblos cátaros: Mirepoix, Minerve, Lastours, Montségur, Canal de Midi, Peyrepertuse, Albi.
Mapa con los pueblos qué ver en la Región del Aude
Finalizando la visita a Narbona
Narbona, es una ciudad con mucho turismo, como has visto podemos ver una parte por la mañana y sus playas por la tarde. Al ser una ciudad muy turística en verano, te recomiendo que vaya si o si a bañarte a sus playas.
Recordarte que para llegar a Narbonne, puedes usar el tren desde España en el convenio que Renfe tiene con la francesa SNCF.
Si el contenido sobre Narbona, ha sido de tu interés y te ha ayudado a planificar tu visita a la ciudad francesa, necesito que compartas en tu red social favorita este contenido, de está forma me harás llegar a más gente.
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