Como toda ciudad, Portugalete también ha tenido influencia de la religión a la hora de construir sus edificaciones. El Convento de Santa Clara es un buen ejemplo de ello, edificio que cuenta con muchos años de historia.
El Convento de Santa Clara fue construido en el año 1614 destinado a alojar a un conjunto de monjas provenientes de Orduña, las cuales se unieron a otro grupo de beatas portugalujas. Además, hasta finales del siglo XX el Convento de Santa Clara acogió a una comunidad de monjas clarisas.
Durante las Guerras Carlistas del siglo XIX y también durante la desamortización de Mendizabal, el edificio llamado Convento de Santa Clara sufrió graves daños por el uso que le dieron como cuartel militar. Sin embargo, el convento atravesó un proceso de restauración a finales del siglo XIX por manos del arquitecto Francisco Berriozabal.
La puerta principal está enmarcada por un arco triunfal elaborado con pilastras y adornado con una hornacina con la imagen de Santa Clara. Posteriormente, en el año 1987, el edificio fue adquirido por el Ayuntamiento de Portugalete con el fin de adaptarlo a un uso cultural y transformarlo en un lugar turístico con un parque y un anfiteatro.