El Palacio del Infantado es un edificio palaciego de estilo arquitectónico gótico isabelino con presencia de elementos renacentistas, ubicado en la ciudad española de Guadalajara. El palacio lo mandó a construir, a fines del siglo XV, Íñigo López de Mendoza y Luna, el segundo duque del Infantado.
El Palacio del Infantado se construyó con el fin de aumentar la gloria de los progenitores de Íñigo López y la suya propia. Al terminar de levantarse el monumento era todo un ejemplar del goticismo, destacándose sus artesonados y sus riquezas. Para el año 1569 se reforma el palacio agregándole elementos renacentistas a la estructura y decoración, además se construye el jardín mitológico al lado del palacio.
Corriendo los siglos y tras la partida de los Mendoza de Guadalajara, el edificio queda abandonado. Finalizando el siglo XIX, se cede al Ayuntamiento la mitad del palacio. Luego es cedido al Ministerio de Guerra, el cual lo convirtió en un colegio de huérfanas de militares. Para el año 1936 el Palacio del Infantado es bombardeado y destruido. En 1961, se cede el edificio a la Diputación Provincial quien llevaría a cabo un proyecto museístico. Por lo tanto, el palacio es reconstruido y rehabilitado, pero pierde en el proceso su original esplendor y sus majestuosos artesonados mudéjares.
Para 1972 el Palacio del Infantado se convierte en sede del Archivo Histórico Provincial y de la Biblioteca Pública Provincial. En la actualidad el edificio alberga el Archivo Histórico y el Museo Provincial.